martes, 25 de septiembre de 2012

En Clases

Ella llegó de la facultad, tras venir de recibir un par de clases y llegó tres minutos más tarde de lo convenido, algo que sabe que tiene repercusiones. Saludó como siempre, pero con la cara esquiva. Esquiva la mirada, esquivo gesto, huidiza la sonrisa... La conozco. Llevo meses estudiándole cada gesto, cada tic, cada mueca... - Qué pasa? - Nada, Señor. - Te lo preguntaré una vez más solamente. - He sido mala, Señor. - En qué? - Desobedecí una de las órdenes más importantes. - Cuál. - La de no tocarme sin permiso de Usted, Señor. - Um... Cuéntame cómo ha pasado. Le dije con un gesto serio y el ceño fruncido. Estaba en clase, era una clase muy aburrida. Miraba el reloj, tenía calor. Llevaba la falda negra, como me dijo, y sin bragas, como me ordenó esta semana. No atendía a la clase del profesor.. y él tenía un varilla con la que señalaba partes del esquema de la pizarra. Me recordaba a cuando Usted agarra la fusta y me corrige cuando he sido desobediente o me he equivocado. Pensaba en Usted.. hasta que el profesor empezó a golpear algo que debía ser importante en la pizarra con ese palo, y comenzó a levantar la voz... y entonces me pareció Usted cuando se enfada, y ... me excité, ... perdón perdón .... - Sigue. ¿Qué hiciste? Pues... empecé a apretar los muslos y advertí que estaba húmeda... y fue encontes cuando comencé a moverlos lentamente... presionando con ellos el clítoris... Recordé su orden... pero él me recordaba a Usted, ¡lo siento!, ... no podía pensar en otra cosa como siempre me dice Usted que haga... y no sé... pero me excitó mucho.. además... imaginaba que alguno de mis compañeros podría estar viendo cómo movía mis piernas, y estar excitándose mientras tanto, espero que me entienda y perdone... Pero en el momento que imaginé que era Usted quien me miraba, fue cuando... sentí un orgasmo, que no quise que se produjera, pero... salió... exploté... me agarré al tablero... - Alguien se dio cuenta? Nadie, pero tuve que salir la última. - Por qué? La silla estaba húmeda... jamás estuve tan húmeda Señor... - Bien. Has hecho bien en confesar. Sabes que has hecho mal. Verdad? Sí Señor... - Trae una varilla, súbete la falda por detrás... apoya los codos en el tablero, y agáchate hacia delante... mientras lees en voz alta la lección que hoy no has atendido en clase. Haré que te la estudies y no la olvides... y entonces te perdonaré.

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